martes, 7 de febrero de 2012

¿Porque nos rendimos ante el tirano?

Porque no reaccionamos todos

Anoche veía en televisión un programa sobre la segunda guerra mundial y uno se queda paralizado e incrédulo de ver como los pueblos hacen caso omiso a sus conciencias y son capaces de seguir a un loco, tirano y despiadado sujeto, con un ego que no le cabe dentro de si y que a pesar de ello luce acomplejado “HITTLER”, con una oratoria incoherente, llena de gritos e histeria, seguido por enceguecidos y demenciales fanáticos que comulgan con ideas absurdas. Ese fenómeno lo vemos constantemente a través de la historia y en innumerables pueblos alrededor del mundo. ¿QUE LE PASA AL SER HUMANO? Que va contra su naturaleza, contra todo principio y valor, no conoce la valentía y se deja subyugar y arrastra a los suyos a un fin sin destino. ¿POR QUE LOS PUEBLOS NO SE LEVANTAN MAXIVAMENTE CONTRA ESTOS INDIVIDUOS Y SUS SECUACES; DEJANDOLOS ACTUAR IMPUNEMENTE? ¿Qué explicación hay?.¿Quienes siguen a estos tiranos?.

Creo que podríamos dar muchas, entre ellas: Gente sin personalidad, ni ideas propias que transitan por la vida a la deriva y siguen a un individuo que representa algo  con repercusión, dándoles protagonismo, sentido de pertenencia, motivo de vida. Son seres sin convicciones, sin principios bien arraigados, sugestionables, inconcientes y a veces también caen los ignorantes e ingenuos, los que desesperadamente abrazan una causa porque están hartos de la miseria y de su vida gris y tratan de conseguir a través de ese medio mejores condiciones de vida, independientemente del precio que deban pagar y a quienes deban obviar, son mezquinos y no ven mas allá de sus intereses. También existe el temor de los ciudadanos por regimenes que no respetan los derechos humanos y los violan a diestra y siniestra desapareciendo del medio a quien se les revele, haciendo uso de la fuerza, la calumnia, una mentira tras otra para justificar sus barbaridades y fines y como si fuera poco, unas instituciones totalmente infiltradas por el poder central, incapaces de cumplir su cometido. No hay escapatoria.

Pienso en la Venezuela de Chávez y su orbe que como langostas se devoran el país, sin importarles más que saciar sus odios, sus complejos, su falta de sensibilidad, sus mezquindades y sus miserias. ¿Y que hace la gente? Optan por marcharse porque no están dispuestos a sacrificar sus vidas y las de su familia.. ¿Merece la pena, siendo la vida tan corta, arriesgar todo lo que tienes por patriotismo? ¿O, atreverte a que te desbaraten la vida y la de los tuyos por una convicción? No se, creo que toda decisión es respetable, no hay nada que mas pese que los afectos, lo que pueda pasarles a todos los tuyos dada la inseguridad reinante en el país, la falta de oportunidades, el deterioro progresivo de la calidad de vida y lo que hay que esperar para que Venezuela vuelva a ser lo que fue después de que Chávez se valla, considerar todo eso, es muy valido. Si las personas tuvieran certeza de que otros, tan comprometidos como ellos van a dar la pelea hasta el fin y que no serás olvidado tras las rejas. Hasta ahora quienes valientemente han defendido sus ideas o ingenuamente han creído en el sistema, han quedado en las mazmorras, esperando que algo pase y cambie su situación. Esas personas después de esa experiencia no vuelve a ser la misma, las condiciones en las cárceles venezolanas son infrahumanas. Los Organismos internacionales han probado no servir para nada en estos casos. Los Tiranos se ríen de ellos.

Tendría que haber consenso, compromiso, perseverancia, constancia, convencimiento intimo, valentía, valores y patriotismo exacerbado para que a esos gobiernos les fuese imposible prosperar. Si todos salieran a las calles día tras día hasta obtener lo que piden, sin importarles nada mas, quizás lograríamos algo, si en solidaridad, todos los comercios, colegios y bancos cerraran indefinidamente, si no hubiera transporte, quizás habría una reacción. Si se llevaran a alguien preso ilegalmente y la gente no dejara de clamar por su liberación hasta lograrlo, quizás las cosas cambiarían pero mientras no haya esa responsabilidad de todos por todos, es entendible que muy pocos se quieran sacrificar. Si en los campos de concentración todos se hubieran lanzado contra los soldados, obviando el riesgo de ser ametrallados, quizás otro hubiera sido el resultado o por lo menos hubiesen muerto instantáneamente y no habrían pasado por un sin fin de atrocidades por años. A veces mejor es estar muerto.

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