sábado, 26 de mayo de 2012

De Paso por Florencia.

Florencia

Florencia es una ciudad mágica, llegamos a ella cuando había caído la tarde y sus calles se iluminaban con faroles de luces color durazno, sus tiendas son pequeñas boutique con pañuelos y carteras de ensueño, caminos adoquinados, muros de piedra, restaurantes con paredes de vidrio y flores te salen al encuentro, arcos, columnas color oro y azul, museos, el rio Arno baña los  cimientos de la ciudad entre puentes colmados de personas, olor a pasta y piza, puestos de helados deliciosos, hoteles camuflajeados entre construcciones milenarias, personajes del lugar tallados en piedra se asoman por los muros de sus construcciones contándole historias a los transeúntes, una colina se encima sobre un lado de la ciudad con pinos largos con ínfulas de llegar al cielo y arboles estáticos que no se despeinan con el correr de la brisa entre casas de dos y tres plantas, nada es demasiado alto salvo la cúpula del Domo que domina la ciudad. Llegas a temer encontrarte de frente con hombres de capa, bota y sombrero emplumado como Leonardo DaVinci, esculturas permanecen inertes expectantes ante la multitud. De pronto una voz de un alcance insospechado paraliza al caminante que se para sorprendido a escuchar embelesado a un cantante enamorado  de la música.  Cuando entras en Florencia es como si te asomaras en el túnel del tiempo y vieras el ayer, inundándote con su esencia y sin apenas darte cuenta, te musita al oído “te tatué en  la memoria ¡Florencia! para que vuelvas pronto”.




1 comentario:

  1. Maravilloso, fue maravilloso, nunca olvidaré tu cara cuando te encontraste con el domo, será de las. Ultimas imágenes q recuerde antes de morir

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