viernes, 27 de abril de 2012

HAZ TUYA LA VIDA

Haz tuya la vida

Vivir de transito, sin que la vida te toque, ajeno a lo que pasa, ante el temor de sufrir, inmiscuirse, invadir, compartir, discutir, atreverse, soñar, sentir, abandonarse, equivocarse, es no haber vivido. Es haber desaprovechado el regalo de haber nacido y un día sin saber porque, te das cuenta de que nada tiene sentido, nada tiene significado, ni te pertenece, nunca dejaste el corazón en lo que hiciste, nunca te cansaste demasiado, nunca te desvelaste dándole vuelta o imaginando las cosas de otra manera, nunca formaste parte de la vida de otro, nunca dejaste tu huella en lo que acontecía o en quienes te rodearon, era mas fácil no empaparse, hacer lo menos, no sacrificarse. La verdad es que cuando enfrentamos la vida de esa manera nada nos pertenece, no nos identificamos con nuestro hogar, trabajo, seres queridos u entorno. Siempre es preferible haber amado aunque ello suponga haber sufrido y haberte decepcionado. Te queda lo que sentiste, lo que disfrutaste, lo que te reíste o el placer que te invadió hasta casi perder el sentido. Lo vivido te marca, hace que las cosas merezcan la pena. Pasar lisonjero entre la multitud no lo recuerda nadie y hasta uno lo olvida. Si tienes un hogar hazlo cálido que sea un placer colocar la vista en cualquier rincón. Si trabajas esfuérzate, comparte, aporta ideas, ten iniciativa, no te preocupes mucho por los errores si no por lo que no hiciste, piensa en que te gusta y profundiza en ello, en una conversación, interésate, escucha, pregunta, disfruta de la compañía de otros y de sus opiniones, si disientes, mejor, mas entretenido, busca exponer tus ideas respetando las del otro, si no sabes, averigua. Si conoces a alguien descúbrelo, todos tenemos algo que contar. Si quieres a alguien fúndete, abandónate y confía sin que eso signifique perder tu libertad o coartar la del otro. Si comes saborea, relájate, huele. Si oyes música sueña, evoca, distiéndete, se feliz, ten paz. Si tienes una inquietud espiritual indaga y entrégate. Pelea por lo que sientes, por lo que quieres, por lo que sueñas. Procura que la amargura de otros no te contamine, no te cambie el humor, no te quite las ganas de vivir intensamente. No critiques a nadie porque ignoras cual ha sido su experiencia de vida, piensa mas bien con tristeza que no pueden ver la belleza en las personas y en las cosas, ni en las grandes, ni en las sencillas, probablemente nadie le enseño a ver la vida en forma generosa, a sopesar lo bueno y obviar lo malo. No le dijeron que era lo importante, no lo quisieron lo suficiente como para ir por la vida a sus anchas,  perdonando las equivocaciones de otros, sin culpa porque sabe que la culpa, radica en la intención y hay que ser bien intencionado. Nadie le enseño a amar, a postergarse, a sacrificarse, a pensar en el otro, a complacer, a esperar, a relajarse, a sentir placer, a tener paz, a disfrutar del silencio y la soledad, a rezar y a confiar en que gran parte depende de nosotros y otro tanto de Dios. Vive sin descanso que la vida es corta y déjate querer. Trata por todos los medios de ser feliz y hacer feliz a los que te rodean. Todo lo demás… es perder el tiempo.

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